«Finalmente se deshicieron del aparato. Enfermera Edna y la Sra. Grogan se estaban volviendo adictas, y Larch consideraba que para los huérfanos la televisión era peor que la religión organizada.
-Para cualquiera es mejor que el eter, Wilbur -protestó Enfermera Edna, pero Larch se mantuvo firme.»