-O cómo mi mujer dice que me parezco a Garp y yo no estoy de acuerdo-
El mundo según Garp se publicó en 1978. Y aquí se hace evidente que no se encuentra usted, ocupado lector, ante la reseña de una primicia. En mi defensa he de decir que esto no es del todo atribuible a negligencia por mi parte, dado que yo mismo, el tipo de la reseña, nací en 1978.
Pongamos que más o menos en 1988 leía a Verne y a Salgari, en 1998 leía a Cortazar y a Valle-Inclán, en 2008 leía a Riechmann y a Cormac McCarthy -que entre otros méritos es el escritor con más ces en su nombre de la historia de la literatura- y ahora, en 2013, acabo de empezar a leer a John Irving. La reseña llega tarde, sí, pero es en buena parte debido a mi juventud, y eso me hace sentir modestamente reconfortado.
Ustedes pueden, si hace décadas que conocen a John Irving, ponerse a leer –desde su serena madurez o incluso su bien llevada senectud- cualquier otra reseña de este blog, que contiene recomendaciones realmente interesantes, independientemente de la edad que ustedes feliz o tristemente tengan, o bien valorar si comparten sus opiniones sobre El mundo según Garp con el chavalito que firma estas líneas.
Y lo cierto es que, como es habitual y bueno y sano, pero no denota gran personalidad como lector, llego a leer la obra por recomendación de la lectora de mi casa, que además se muere de risa mientras lee –solo durante la primera mitad del libro, matiza ella- y me encuentra parecidos con el tal Garp, lo cual termina sutilmente por convencerme de que debo leer el libro. Pero no se trata de narcisismo, señores. Se trata de autoconocimiento, introspección y desarrollo de la inteligencia intrapersonal.
Entonces El mundo según Garp es una novela de escritores: un escritor, Irving, crea a un personaje escritor, Garp, que escribe muchas cosas a lo largo de su vida. Algunas de ellas son capítulos de sus novelas, cartas, anotaciones, un cuento fundacional en la obra de Garp, un principio de novela negra espeluznante, discursos… Otros textos son escritos por otros personajes sobre la obra de Garp: cartas recibidas, fragmentos de críticas literarias, fragmentos de textos de su madre, autora de un best seller de corte feminista…
Se trata, por tanto, de una obra ambiciosa en su armazón, quijotesca por la introducción de múltiples relatos en la trama central, en la que Irving muestra una variedad de registros bastante impresionante.
El trabajo del escritor, la creación de una carrera literaria, la crítica literaria o la acción política adquieren un tono satírico al sumergirse el personaje en el esperpento de la vida cotidiana. Pero el humor se acaba llegado un punto, como si la carcajada que nos ha dejado una sonrisa en la boca y los ojos confiados se tornara muy lentamente en mueca de incredulidad y, finalmente, vencida toda esperanza de humor, en un gesto hirsuto. Esto me resultó realmente chocante porque hasta cierto punto el tipo se carga el tono de la novela, un tono que funciona y al que ha acostumbrado al lector. Por eso parece que a veces Irving juega un poco a “mira lo que sé hacer…”, como si se reivindicara como escritor en esta novela.
Hay mucho más que decir: el sexo, la relación con su madre, con su mujer, con sus hijos, la transexualidad –año 1978, atención-, el feminismo: la novela es enjundiosa, lo suficiente como para que en mi casa esté danzando ya el tocho de Las normas de la casa de la sidra (Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra), del que hablaré seguramente en los próximos meses. Garp merece la pena, de eso no hay duda, pero no estoy de acuerdo, aunque a los dos nos publicaran en el mismo año, no se parece a mí. Sólo recuerda un poco.
En cine y en concierto:
- Glenn Close debuta en el cine en 1982 con la adaptación de El mundo según Garp, junto a Robin Williams.
- Ellen James Society es una banda cuyo nombre hace referencia a las Ellenjamesianas, grupo feminista radical cuyas integrantes se cortaban la lengua como protesta ante la violencia machista. Dicho grupo pertenece a la ficción creada por Irving.